miércoles, 10 de diciembre de 2008


TIEMPO DE ADVIENTO
El adviento es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento del Salvador. Su duración es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad.
Marca el inicio del año litúrgico en casi todas las confesiones cristianas. Durante este periodo los feligreses se preparan para celebrar la conmemoración del nacimiento de
Jesucristo y para renovar la esperanza en la segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos Parusía.
Durante el adviento, se prepara en cada hogar (no sólo en la Iglesia) una corona de ramas de pino, llamada
Corona de adviento con cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
Los domingos de adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote

lunes, 8 de diciembre de 2008



SANTA INES
Santa Inés de Bohemia o de Praga nació en el año 1205, su padre fue Ottokar I, y su madre era hermana de Andreas II, Rey de Hungria. (Sta. Elizabeth de Hungria era su prima hermana y dos años menor que ella). Sta. Inés tenía tan solo 3 años cuando fue prometida en matrimonio a Boleslaus, hijo de Silesia y de Sta. Eduviges. Sta. Inés fué enviada al Monasterio de Trebnitz en Silesia. A los 6 años regresó a Bohemia al Convento de Doxan y no fué sino hasta los 8 años que ella regresó con su familia. Desde muy pequeña sintió que algo le faltaba en su vida y fué así que se acercó a Dios más y más hasta sentir el deseo de consagrarse a una vida virgen, y rezaba porque pudiera seguir ese “llamado”.

Ese “llamado” a consagrarse a Dios lo sintió a tan corta edad que llegó a ser muy difícil para ella. La promesa final de matrimonio fué dada por su hermano, el Rey Wenceslaus, a Frederick II, un viudo. Para este tiempo, Sta. Inés había aumentado sus penitencias y oraciones; muchas veces se levantaba antes del amanecer y caminaba descalza junto con algunas de las más devotas damas y visitaban las iglesias. Algunas veces regresaba con los pies ensangrentados de tanto caminar. Ella entonces lavaba sus pies y volvía a vestirse con el atuendo de princesa para atender sus obligaciones y visitar a los enfermos.

Sta. Inés tenía 28 años cuando Frederick II le envió un embajador para que la acompañara a Alemania para la realización del matrimonio. Aún cuando su hermano insistía en el matrimonio, Sta. Inés encontró la manera de retrasarlo. Le escribió al Papa Gregorio IX y le pidió impidiera el matrimonio. Sta. Inés le expresó al Papa su oposición al matrimonio y su deseo de convertirse en la esposa de Cristo. Después de que Frederick II verificó que esta objeción venía de la misma Sta. Inés, la liberó de la promesa diciendo que no se sentía ofendido si Sta. Inés prefería al Rey del Cielo en lugar de él. Fué entonces que Sta. Inés se consagró a Dios al igual que sus posesiones. Su padre trajo a los Frailes Menores de Praga y ella construyó un convento para ellos. También comenzó un hospital para los pobres y construyó un convento para los Pobres de Clara.

Después de que este convento fué terminado en Praga, Sta. Clara de Asis envió cinco monjas para empezar la comunidad. En 1236 St. Inés tomó los hábitos. Ella representó un modelo a seguir y las niñas de buenas familias, princesas y mujeres de la nobleza fundaban o entraban a los conventos para los Pobres de Clara.
Sta. Inés siempre mantuvo el verdadero espíritu de San Francisco de Asís buscando los lugares más humildes para vivir y cumpliendo con las tareas más serviles. Sta. Inés murió el 2 de marzo de 1282 a la edad de 77 años.

LA NAVIDAD
El día de Navidad es el 25 de diciembre, cuando se conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén según los evangelios de San Mateo y San Lucas. Después de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del año eclesiástico.
Como los evangelios no mencionan fechas, no es seguro que Jesús naciera ese día. De hecho, el día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad.
De esta manera seguía la política de la Iglesia primitiva de absorber en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera.
La fiesta pagana más estrechamente asociada con la nueva Navidad era el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en honor de Saturno, dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes.
Al mismo tiempo, se celebraba en el Norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el Sol brillara con más fuerza